viernes, 6 de agosto de 2010

Bienvenidos al Blog de Fundamentos Filosóficos Contemporáneos en la Educación





¿Nervioso? Es natural


La regla de oro de cualquier candidato a un puesto de trabajo debe ser la preparación a conciencia para su entrevista, dejar todo al azar o a nuestra capacidad de improvisar, puede revelar actitudes nada profesionales claramente contrarias al espíritu que a un entrevistador le gustaría encontrarse frente a su mesa.

Parte fundamental de este proceso consiste en recopilar antes del encuentro cuanta información de la empresa pueda conseguirse. Para evitar situaciones embarazosas, nada mejor que procurarse un buen informe ­que se puede solicitar en la propia empresa­ respecto a los productos, situación en el mercado, volumen de la planta laboral, etc, de la compañía en la que uno pretende integrarse.



Con esos datos en la mano, resulta fundamental realizar una autoentrevista, para analizar el propio perfil laboral y personal como punto de apoyo, para responderse a uno mismo una serie de preguntas ineludibles: ¿cuáles son mis cualidades y méritos para aspirar a ese empleo?, ¿qué factores me distinguen del resto de candidatos?, ¿qué me ha llevado a solicitar trabajo en esa empresa en concreto y qué puedo aportar a la misma?

Una vez armado con la necesaria información sobre el rival, y reafirmado en las propias aspiraciones y méritos, se acudirá a la cita. Esta suele resultar mejor al principio de la mañana, cuando las personas se encuentran más frescas y dispuestas. Pero, en general, no es adecuado plantear objeciones a la hora a la que uno sea convocado. Conviene, además, llegar con unos diez minutos de antelación, ya que así se tendrá la posibilidad de familiarizarse con el lugar, e incluso echar un vistazo a alguna de las actividades de la empresa.

Llegados a este punto, y si uno se ha preparado convenientemente, el lógico nerviosismo deberá ser más fácil de controlar. De cualquier modo, siempre será importante mostrar seguridad, hablando en un tono de voz adecuado ­ni muy alto ni muy bajo­ y de un modo natural.Normalmente, la entrevista suele comenzar con algún comentario "x" por parte del empleador, con el objeto de relajar el ambiente. Recuerda que el humor es importante, y que una imagen de persona seria no equivale a tener el rostro de una estatua de mármol.

Sin embargo, tampoco se te olvide la razón por la que estás allí. O sea, si entre tus aficiones se encuentra el fútbol, no vayas a ponerte a contar al entrevistador la trayectoria futbolística de Cristiano Ronaldo. Y (a menos que lo tengas muy ensayado) no mientas cuando te pregunten por tus aficiones con tal de quedar bien. Si te interesan los libros sólo para llenar los libreros de tu casa, no vayas a decir que eres un lector empedernido. Puede que la siguiente pregunta se refiera al último libro que hayas leído, y ahí no te salvará responder "el Condorito".

No te rías por todo, y menos a grandes carcajadas, que tan perjudicial puede ser poner cara de limón agrio como ser un reidor indiscriminado. Lo mejor es siempre mantener una cierta espontaneidad bajo control.

Tampoco hay que olvidar ser coherente con lo que diga tu currículo y procura no contradecirte en tus manifestaciones. Pero eso sí, sin dejar de contestar ninguna pregunta y evitando expresiones de duda del tipo: "emmmm..., no sé, puede ser, quien sabe, creo...". Tampoco suele quedar muy elegante criticar a tus empresas o patrones anteriores.

Otro punto importante es la apariencia. En primer lugar, el aspecto de una persona que aspire a un empleo no debe resultar especialmente llamativo. Es decir, la vestimenta debe ser discreta. Tampoco está bien presentarse con barba de dos días o despeinados. Las mujeres, además, deben prescindir de maquillajes excesivos (estos consejos están lógicamente sujetos al tipo de trabajo al que se opte)

Por otra parte, si se viste corbata o cualquier otra prenda inusual, es conveniente habituarse previamente a su uso. De no ser así, el aspirante quedaría inmediatamente desenmascarado por esos gestos traidores: aflojarse la corbata, estirarse las mangas de la camisa, etc. Evita también jugar con llaves, anillos o dar golpecitos con los dedos sobre la mesa. Además de revelar tu nerviosismo, irritarás al entrevistador.



10 PUNTOS QUE DEBES TENER EN CUENTA ANTES DE IR A UNA ENTREVISTA DE TRABAJO

Mostrar un buen comportamiento durante una entrevista de trabajo puede marcar la diferencia entre obtener o no el puesto anhelado dentro de una empresa. A continuación se mencionan alguno consejos que pueden ayudarte en la entrevista:

1- Acude a la cita con 10 minutos de anticipación, de esta forma tendrás tiempo para serenarte.

2- Camina con confianza y extiende la mano al saludar.

3- Espera sin sentarte hasta que el entrevistador te lo indique.

4- No fumes ni mastiques chicle. Hacerlo será obstáculo para una conversación efectiva.

5- Dirígete al interlocutor por el apellido. Nunca por el nombre de pila, a menos que sea un amigo personal.

6- Evita invadir el espacio personal del entrevistador colocando tus cosas en su escritorio.

7- Presta atención al interlocutor, haz preguntas importantes y pertinentes con respecto al puesto disponible, pero evita hacerlo sobre vacaciones o aumentos de sueldo.

8- Permanece calmado y confiado, no a la defensiva. Evita actitudes como morderte los labios, movimientos bruscos y repetitivos de las extremidades, o tartamudeos.

9- Al marcharte, estrecha nuevamente la mano del entrevistador y agradécele su tiempo. Este momento es propicio para preguntar a que hora debes regresar y cuando puedes conocer la decisión.

10- Cuando se lleve a cabo la entrevista final y el proceso de negociación de salario y prestaciones sociales, sé enfático en cuanto a tus intereses financieros. Mantente confiado, tu posición a esta alturas es ventajosa debido a que la empresa está interesada en tus servicios.


Por último, no bajes la guardia. Los instantes finales de una entrevista pueden resultar una trampa letal, ya que cuando el trance pueda parecer superado y te relajes, el entrevistador seguirá observándote. Quizá en ese momento lo haga con especial atención, al mostrarte tal como eres.

En conclusión, una buena preparación es imprescindible para lograr que tu entrevista de trabajo te distinga de los demás candidatos para el puesto que deseas. Si aún así el puesto se va a otras manos, no te desanimes y toma nota de tus aciertos y fallos, pues siempre hay campo para mejorar la próxima vez.